Y que arranca la Cuaresma... todo comienza con este miércoles, con una tradición donde los fieles reciben ceniza en la frente o en la cabeza como un símbolo de arrepentimiento profundo.
Precisamente ayer leía a varios de mis conocidos, que con gusto recordaban que hoy se haría esta celebración del calendario litúrgico no sólo católico, también protestante y anglicano, y si me basara en el hecho de saber qué era para ellos este día, para luego yo hacer lo mismo, mi día hubiera quedado así.
Por la mañana aprovechar para ir y ponerme la ceniza ya sea en la frente o en la cabeza, ya eso depende del sacerdote o ministro, obviamente con un hueco en el estómago porque me recordaron con queja desde la noche, el enorme sufrimiento de no comer durante toda la mañana; después no decidirme si comer filete de pescado o atún durante la tarde, y esperar todo el día a que la ceniza se quite sola, porque pues es costumbre dejar y no lavar la ceniza hasta que esta desaparezca por sí misma.
«No echéis vuestra perla a los cerdos»
Creo que es muy claro este mandato, comentario, sugerencia o como lo queramos tomar; pero una tradición que independientemente de la religión que se profese, es un momento de adentrarnos en nosotros mismos para reconocer lo mal que actuamos desde lo grande a lo pequeño, en ese rol que nos toca vivir, y ver como tantos símbolos tan valiosos los arrojamos a la basura, así como algunos en este día arrojan huevos, olvidándose de la dignidad humana en aquellos que tienen hambre, olvidándose del respeto a los demás.
El simbolismo es lo que nos mueve a todos los hombres, recordar que no somos eternos así esas palmas que un domingo del año anterior fueron gloriosas y decoraban el aire al momento de ser agitadas, hoy soy colocadas como ceniza sobre nuestra cabeza esperando a que el aire, el sudor o una simple servilleta las mueva, desaparezca y queden en el olvido.
Esa fruta, cereal, huevos, o tu buena ración de chilaquiles que hoy faltó en la mañana, y que cuando a veces no tenemos tiempo y no desayunamos nada, hoy si pesó más que cualquier otro día. Esos sacrificios, que si sólo cambiáramos nuestros ojos de "tengo" que hacerlo a "quiero" hacerlo como ofrenda de que domino mi cuerpo, para que mañana domine mi espíritu y voluntad.
Todas estas enseñanzas, tengo que ser honesto, en ningún momento me puse a estudiarlas, sino simplemente con elevar mis ojos al cielo y recordar a esa personita que de la mano me llevó a anhelar estas tradiciones, a respetarlas y bajo conciencia humana realizarlas. (Te amo Abuelita Margarita)
«Una tradición seguida por costumbre es algo estático, una tradición seguida por convicción es algo dinámico», démosle Vida a nuestras tradiciones.
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