Pensamientos

Quien no tiene tiempo para nada, es porque no tiene nada para el tiempo...

Porque leer y escribir, también es pasarla bien...

martes, 28 de junio de 2011

Hay una palabra...

Que tal, hay veces que los miedos de decir algo se mezclan con el albur del tiempo, la obligación de los hechos, y el carisma de una personalidad ganada en la sociedad, pero cuando un hombre o mujer del fondo de su corazón surge un sentimiento tan puro como el amor por lo que sea, una persona, un anciano, un árbol, un hijo, no se tiene que frenar, cada amor es diferente, cada amor es especial y único, por lo cual no debemos de tener miedo de decirlo.

Más debemos recordar que al decirlo, hacemos un compromiso con nuestra propia existencia, que se entraña en la misión individual en la vida. Les dejo este poema que verdaderamente si lo leemos con detalle hay una persona enamorada y conciente de este compromiso adquirido de Amar.


HAY UNA PALABRA…

Hay una palabra tan sencilla de decir
En estos locos tiempos demanda vivir
Aunque se calla, habla de entregar
De esa palabra que hablo, no la quiero guardar.

Hay una palabra que se puede disfrazar de hipocresía
Tornando el corazón egoísta, y altanero
Me acerco a ti y te la digo con cortesía
Aunque es poco tiempo ya no me basta el Te Quiero.

Hay una palabra tan sencilla de decir
Y obliga al cuerpo y alma para todo expresar
Requiere valentía y hombría, sin miedo a equivocar
Lo que la vida y el alma anhelan ya gritar.

Hay una palabra que se alimenta de los actos
No requiere protocolo, no requiere grandes tactos,
Sólo pide un hombre consiente y sincero
Y decirlo a ti, es lo que quiero.

Hay una palabra que se me escapó de la boca
Causó risas, nervios y movió muchas cosas,
Obligué al sentimiento a guardarla en el corazón
Pero hoy te digo que TE AMO, no tengo otra razón.

domingo, 12 de junio de 2011

No pongo ladrillos, construyo una catedral...

Dice la canción que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y hace unos días tuve el gusto de tener una de las conversaciones más fructíferas en la que he participado, hablábamos un poco acerca de la industria de la construcción, y de cómo hoy en día importa más una obra entregada para  cumplir con el contrato, que considerar el bien común.
 
La plática era simple, cosas de trabajo y de apasionamiento "en la chamba", pero dio un giro en el que se hablaba de hacer las cosas por hacerlas "bien", o hacer bien las cosas que me toca hacer, que para el objetivo era lo mismo llegar a la meta, lograr el trabajo, cumplir con los objetivos.

Pero realmente lo que más resonó en mi cabeza, fue esas dos palabritas bien común, que creo que es un tema en el cual hay mucha tela para cortar, pero quiero nadamás enfocarme en la parte de las actitudes que tenemos en nuestros trabajos para buscar esta "idea utópica" que creo que debemos de transformar en vida.

Mucho nos podemos enfocar en idealizar algo, pero no tomamos el compromiso de nuestro papel en la sociedad, el cual es tan importante, que una mala o buena decisión tendrá resonancia en todos. Lo más complicado y "desmotivador" es que hay veces que el bien común obrado es tan silencioso, que en ocasiones creemos que no hay caso en buscarlo.

En lo personal agradezco a esas personas que tengo cerca y que tengo lejos, pero que sé que están ahí para recordar la importancia de lo que debo hacer, y me recuerdan optar por él.

Podemos perder el rumbo, pero la misión de nuestra vida sigue ahí; podemos anestesiar la conciencia, pero el valor personal sigue ahí; podemos ser antipáticos, pero nuestra responsabilidad de existir sigue ahí.

El bien común busca pues el mayor beneficio de todos, y es buena esta palabra al separarla en latín "bonus" bueno, "facere" hacer, entonces bien creo que es una responsabilidad hacer lo bueno.

Debemos mantener no el ideal, sino el compromiso de saber que mi ladrillo se convertirá en una inmensa catedral, que servirá para dar esperanza a los que necesitan un consuelo, refugio a los que necesitan un hogar, acrecentará la fe de los que creen en la bondad del hombre, e inflamará la caridad de los que buscan estas dos palabritas, que construyen catedrales...