Pensamientos

Quien no tiene tiempo para nada, es porque no tiene nada para el tiempo...

Porque leer y escribir, también es pasarla bien...

martes, 3 de julio de 2012

Me peino de Copete y Gallito

En una opinión muy personal: tan es reprobable las marchas que no toleran a nadie disfrazadas del derecho de una elección transparente, como el hecho de lo evidente que es manipular la información del Pueblo y todavía burlarse de Él, al proclamarse vencedor antes de tiempo. 

Pero aún mas reprobable es que de las dos opciones que estan riñendo, creamos que una de las dos es "la salvación de la nación" cuando México es y merece ser un gran país; nos toca a nosotros hacer la diferencia. a nosotros nos corresponde tomar la responsabilidad de que bien sabemos que se manifieste incluso hasta Godzilla y destroce paseo de la reforma, nuestro Presidente Electo, el 1ro de diciembre se sentará en la silla que algunos soñaban de niños usar; y que hoy es de una persona que si bien o mal merezca estar lo importante es, que ahí está.

Por eso es reprobable creer que ya llegó el salvador, sea rojo, amarillo, azul o verdesito cancún; no va arreglar todo él, pero sí ha hecho propuestas como los demás que si bien o mal, mediocres o no, paliativas o no; no nos omitirán de la obligación que como Mexicanos tenemos al ser gobernados. Cumplamos con nuestro deber; bien pudiera hacer una lista inmensa de obligaciones civiles, morales, y hasta de condición económica, pero cada uno de nosotros sabemos cuáles nos corresponden; y dentro de estos deberes también está el exigir coherentemente nuestros derechos.

Exigimos que nos cumplan... pero en nuestro trabajo no entregamos las cosas a tiempo.
Exigimos que se den apoyos económicos... pero sólo damos el "sencillo" para ayudar al necesitado.
Exigimos que nos enlisten tres libros... pero no termino en un año ni "Juan Salvador Gaviota".
Exigimos que se comprometan con su nación... pero no soy capaz de separar ni mi basura.
Exigimos que nos den la solución... pero no quiero arreglar ni los problemas de mi casa.
Exigimos que sean coherentes... pero no analizo que me es fácil señalar que reflexionar.

Los mexicanos somos una gran nación, somos generosos, querendones, apapachadores, sabemos darnos y sabemos revelarnos, pero lo que no sabemos es seguir, no son los guías los que hacen el daño a la nación, son los que los siguen sin saber el destino del camino.

"es un dedo el que señala que un árbol se tira, pero son cien manos quienes lo vuelven leña"

ASÍ QUE DEJA DE APUNTARTE A LA MARCHA, Y DEJA DE NEGAR QUE SE MANIPULARON LAS COSAS.

Hay una realidad que es más imperante, aprendamos a Exigir que cumplan no lo que prometen, a lo que se Comprometen, y dejemos de seguir sin saber a dónde vamos. 


martes, 19 de junio de 2012

No sé qué comer...


La vida es un gran platillo lleno de muchos sabores, y me he servido de todo; la vida es un bufet donde tú eliges qué cosas pruebas y cuáles dejas para otros. 

Hay sabores amargos y profundos como el trago de un café tres veces cargado, pero que al final lo termino apreciando, porque golpea la parte de atrás de mi lengua en un candor tan profundo que termina disfrutándose, pues lo amargo no es deseable, puesto que es lo que nos enseñaron, pero cuando dispones tu cuerpo a recibirlo, se termina agradeciendo y valorando.

Como el trago de la partida de un ser querido, que es profunda y nada grata, pero cuando hay disposición ese sabor se convierte en una fuerza que envuelve, que atraviesa la garganta y que termina calentando el corazón.

No soy muy fanático de lo agrio, porque siento que es un sabor muy buscado más por costumbre que por gusto, la sensación en la parte media de la lengua de lado y lado es lo que “gusta”, como el mango verde con limón, que llega a gustar más pocas o algunas veces que muchas, pues no se puede tolerar tanto tiempo comiendo.

Quién come todos los días algo agrio y en mayores cantidades, quién aún sabiendo que te puede lastimar algo lo sigue comiendo. Así son los sabores de lo actual, lo novedoso y lo polémico. Son sabores que elegimos por costumbre o moda a que realmente porque nos gusten, podrá no solo dañar nuestra lengua o estómago, sino daña lo más profundo de nosotros, aquellos sabores ácidos de la realidad que vemos y que creemos tenemos que probar; una noticia de asesinato, una noticia de violación, la indiferencia y el maltrato, el famoso sabor de “las cosas así son”.

Pero qué pasa con lo salado, que es el sabor que más cubre nuestra lengua, esa sensación de que mejora el sabor de algo, una pasta, un corte de carne, hasta una salsa. Ese sabor que da vida propia al platillo que sólo antes era color y temperaturas. Lo salado es tan común que creemos que no hay un valor en él; que está tan disponible que ni debemos de preocuparnos por conservarlo.

Pocos sabores llegan a formar tantos platillos como los salados, desde lo más sencillo hasta lo casi incomible pero que conserva, piensa en el humilde sabor de un arroz apenas con sal y en la fuerza del sabor de un jamón serrano.

Así también las familias, las tradiciones, la cultura, las verdaderas buenas intenciones; creemos que como siempre las tenemos pues ni quien se ocupe de ellas, “siempre estarán ahí”. Cuando es el sabor que más cubre toda la historia de nuestra vida, se comerá pollo dulce pero muchos de sus guisos son salados, he visto que a las ensaladas le pongan azúcar, y limón; pero con lo que más contamos será dar un sabor salado; sólo me pregunto qué pasaría si en mi vida desapareciera tan poco valorado sabor.

Pero también está lo dulce de la vida, tan sólo haciendo cosquillas en la punta de nuestra lengua, y que por más que nos empalague buscaremos otro poco otro día, que sean detalles que se disfruten no por el hecho de disfrutar y ya, sino apreciar que en lo poco están esos momentos, lo dulce está en los labios de mamá, en los brazos de papá, en la sonrisa de los hermanos, en el canto de un artista, en la letra de un soñador, en los colores del lienzo de Dios que todos los días dibuja algo nuevo para tus ojos, en lo dulce que es disfrutar la vida junto a la ventana con un café, unas galletas, o un hot cake parecido a crepa con jamón y queso.

LA VIDA ES UN BUFETE sírvete lo que quieras… pero que valga la pena.


jueves, 2 de febrero de 2012

Que lástima pero es tu realidad...

Me topé con una lectura bastante grata, y me impactó tanto que por eso regreso a escribir, ya ha pasado mucho tiempo desde la última entrada que hice a mi blog, pero este sentimiento creo que es lo que quiero expresar, y es el de La Frustración.

Hay algo que me molesta de nosotros los seres humanos, que somos la única especie que carga la espalda de su prójimo de cosas que ni él mismo cargara, o lo que es peor, culpa a otros de cosas que él mismo, si bien no ha cometido, bien las quisiera.

"Homo hominis lupus", se oye padre no?, pero fue una de las frases que quedó en mi memoria cuando aprendí latín, y es que "El hombre es el lobo del hombre", porqué platico esto?, porque aunque la lectura fue realmente reflexiva o introspectiva, creo que hay una consecuencia de esa frustración, y ahí es donde entra mi frase dominguera.

Porque cuando una persona se permite frustrarse, por algo que desde el fondo de sí quisiera hacer y no lo hace, es cuando piensa que otra persona no lo hará o no es capaz, pero hay algo peor de la frustración, que es cuando ese lobo interno de hacer mal, busca dañar a otra persona,  y es traicionera y levanta falsos, y lo que es peor culpa de algo que ese mismo lobo es capaz de hacer, porque aunque la especie trabaja en equipo, es en individual cuando uno de ellos quiere dominar, sólo por dominar, imaginemos esa actitud propia de un lobo pero desarrollada por el hombre; no es necesario imaginarla, sólo enciende tu televisión en las noticias de todos los días, y vemos tantos actos de maldad que nacieron por una frustración.

Aquí lo importante es refutar la frase del título de mi post, aceptar que no es nuestra realidad, que si dejamos que los demás se frustren también es nuestra responsabilidad; pero no es total porque el 99 por cierto de esa frustración es responsabilidad personal y de nadie más, porque soy yo quien decide no seguir echándome culpas, porque soy yo quien aplaude el éxito de los demás, los bendice y aprendo de ellos, porque soy yo quien me puedo dar cuenta de que mi realidad es que soy único en este lugar, y que de mi depende mi felicidad.

No gastemos nuestro tiempo y nuestra vida en suposiciones de lo que tienen que hacer los demás, hagamos lo que nos toca y dejemos que los demás hagan lo que les toca; y sólo y si tu labor está hecha a la perfección y eres coherente en totalidad ahí sí, ayuda a los demás con Humildad.