Pensamientos

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jueves, 29 de septiembre de 2011

"Subir para Arriba" está bien dicho...

Hay una persona muy querida en mi casa, que realmente es todo un personaje, La Señora Petri, quien nos ayuda con los quehaceres de la casa, y entre muchas cosas que me han parecido geniales de ella, hay una en particular con la cual vivo literalmente fregándola cada vez que la dice, y es cuando la perrita de la casa está adentro, y si ella está trapeando le dice enérgicamente y con una gran seguridad: “Sálete pa’ fuera”.

Cuando aprendí en primaria el significado de pleonasmo, me propuse cuidarme de esta figura de la lengua, para no caer en ella y ser “un ridículo” diciendo, “baja para abajo”, “métete pa’ dentro”, o como están educando a mi perrita que tiene que “salirse para afuera”.

Pero quiero platicar de un pleonasmo que acabo de aprender y que se me hace el más ridículo de todos, mucho se nos ha enseñado que tenemos que tener una vida privada, pública, honorable, activa, sana y tantos adjetivos tan buenos y prolijos de una persona; que al menos en lo personal, me la he creído.

Cuando escuché, que decir “Mi vida personal” es un pleonasmo… me cimbró la cabeza de tal modo que me reí, y no sé si fue de nervios, vergüenza, o por una madurez de darme cuenta que frente a mi, tenía una verdad tan real que siempre quise oír, pero que no me atrevía a escuchar.

Quizá a simple lectura no parezca un pleonasmo, pero cuando la contextualizo con “tengo que separar Mi Vida Personal de Mi Vida Laboral”, ahí es, donde no se me hace tan ridículo decir que quiero entrar para adentro.

Y quiero separar esa “gran verdad” social, que por mucho tiempo creí que era lo más lógico para triunfar, o para ser alguien.

Tengo que separar - mi vida personal de mi vida laboral

En primer lugar he aprendido que de ninguna manera tengo que, nada, es decir para empezar no tengo que separar, optaría por separar que es diferente; pero siguiendo la gran frase, mi vida personal de mi vida laboral, y es aquí donde entra esa figura de la que me cuidaba desde la primaria, no debería de existir en MI VIDA, una laboral, una amorosa, una social, una de oración, una educativa, una de diversión.

Sólo existe una VIDA la mía, por ende es única, irrepetible y PERSONAL, y lo que me hace persona, son todas esas áreas a las que la sociedad me ha enseñado a llamarles "vidas", porque no digo viviré mis dos vidas únicas, ni mis tres vidas irrepetibles, por lo tanto no hay más de una vida personal. No son muchas vidas, es una misma, vivida de diferentes maneras; por eso las separo, y al hacerlo me desgasto más rápido.

Y no es por el desgaste que debo preocuparme es por el hecho de no vivir mi vida al máximo en cada uno de esos grandes aspectos, y para que no suene a pleonasmo mi vida, debo de dar el mismo saludo de inicio de semana que doy en mi trabajo, a los miembros de mi casa; y por qué no dar ese abrazo que conforta a mi hermana, a aquel que me topo un día llorando en una iglesia, y que no conozco; o invitar a ofrecer una oración por los enfermos a mis compañeros de deporte; y permitirme llorar como un niño cuando algo me sobrepasa, en el hombro de mi novia, con la seguridad que no dejo de ser ese hombre que la protegerá.

Debo ser una vida vivida no de diferentes maneras, sino en diferentes circunstancias sin perder ese gran regalo de mi existencia única, irrepetible y personal. Y la próxima vez que diga “quiero subir para arriba” estará bien dicho, porque no es para dónde subiré, sino para “quién” subiré… en honor para… el de Arriba.


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